Estas elecciones han deparado una sorpresa que los líderes deberían considerar: el resultado de Soria, donde un partido muy alejado de los clásicos de siempre ha sobado el morro al PSOE y al PP. Los datos son incuestionables: ¡Soria ya! ha obtenido tres procuradores: ... el que tenían en la anterior legislatura y otros dos birlados a sociatas y peperos. Conociendo un poco la dinámica partidista, estoy casi seguro de que ninguna de las camarillas castigadas analizará con rigor por qué miles de ciudadanos les han dado la espalda, y lo más probable es que la militancia eche la culpa 'a los de arriba', que suelen ser las comisiones ejecutivas.
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Es difícil saber qué sacarán para su provincia estos tres mosqueteros que han dado un sopapo a los que llevan décadas cortando el bacalao allí, aunque no me sorprendería que cunda el ejemplo en otros sitios. No digo que esté próximo el fin de las formaciones clásicas, pero los sorianos parecen hartos de que al día siguiente de las elecciones todo vuelva a la rutina. Y, por si faltaba algo, ni siquiera Vox, el partido emergente, se ha comido ni una rosca.
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