José Ibarrola

La sonrisa de un niño

Después de las palabras ·

«Es nuestra responsabilidad procurar larga vida a los niños que mueren antes de su tiempo, tantas veces debido a nuestra irresponsabilidad»

Juan Villacorta

Valladolid

Lunes, 20 de diciembre 2021, 07:34

Los niños son las criaturas menos contaminadas del planeta pero sufren injustamente en su tierno ser nuestras frustraciones y deshumanización. El mundo no será mayor de edad mientras haya un solo niño desprotegido y despojado de sus derechos. Solo los niños comprenden el mundo de ... la infancia. Si no se asume este hecho, todo intento humano por racionalizar ese tiempo conduce a la incomprensión, a la intolerancia, a la desnaturalización de la infancia. La infancia es indescriptible. Quienes únicamente están legitimados, sus protagonistas, no saben lo que es ese estado onírico de la vida, y al saberlo, solo conservan una pálida memoria de su tiempo fundacional.

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Todos los niños que nacen en nuestro mundo pertenecen a una única raza universal, nazcan en la nación que lo hagan y pertenezcan a la raza que sea. ¿Por qué se diferencian irreconciliablemente al crecer, al madurar? Un niño es un dios ignorante de su poder y realmente poderoso en su ignorancia. El niño futuro descubrirá en su indefensión que no es un dios y que nunca podrá serlo.

Es nuestra responsabilidad procurar larga vida a los niños que mueren antes de su tiempo, tantas veces debido a nuestra irresponsabilidad.

El esplendor de la sonrisa confiada de un niño rompe el muro de la incomunicación humana. Lo que no consiguen la inteligencia, la voluntad, el dinero, es capaz de lograrlo la mueca infinita de la inocencia de un niño. La auténtica sensibilidad no se aprende, es un don innato.

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