
Contra Vox, solo sermones
La audiocarta del director ·
«Que la 'súper derecha' entre en un gobierno en España es consecuencia, en primer lugar, de lo mal que lo han hecho y siguen haciéndolo los partidos mayoritarios»Secciones
Servicios
Destacamos
La audiocarta del director ·
«Que la 'súper derecha' entre en un gobierno en España es consecuencia, en primer lugar, de lo mal que lo han hecho y siguen haciéndolo los partidos mayoritarios»Tengo la sensación de llevar demasiado tiempo viviendo a cinco columnas. O sea, trabajando con esos titulares a toda página y en cuerpo cincuenta que ... resumen, solo una frase breve, directa y rotunda, cualquier episodio inédito o histórico. Me refiero a esas noticias que maquetamos en las redacciones con amplitud y detalle a lo largo de páginas interiores o a través de numerosas piezas y contenidos audiovisuales de gran formato en la edición digital. Un veterano fotógrafo que tuvimos hace años en el diario HOY de Extremadura siempre las llamaba, con una sorna inconfundible, 'noticias de alcance'. Nadie conoce mejor el alma humana que un buen fotero. Quizás porque son los únicos todavía capaces de mirar de verdad más allá de sí mismos.
El último de esos titulares 'de alcance' es el de nuestras portadas del pasado viernes. 'Primer pacto de gobierno PP-Vox', decíamos en papel y web. Cuando supimos los resultados de las elecciones del 13 de febrero pasado, hubo mucho escándalo. Mucho ohhh… Mucho uyyy... Como si Vox fuese un partido alienígena, como si los sondeos no hubieran previsto, uno tras otro desde finales de año, cuáles eran las intenciones electorales de los castellanos y leoneses. Santiago Abascal, líder de la 'súper derecha' de este país, dijo la noche electoral que a su candidato en la comunidad, Juan García-Gallardo, se le había puesto de repente cara de vicepresidente. Ahora es Macarena Olona, su más que probable cabeza de lista en Andalucía, a la que se le está quedando el cuerpo de mucho más que vicepresidenta. Veremos. El caso es que, apenas un día después, el primero que propuso un cordón sanitario a esta fuerza política fue el alcalde de Valladolid, Óscar Puente. A partir de ahí vinieron otros muchos lamentos y rechazos. Y un infinito catálogo de asombros…
Lo sucedido desde entonces hasta el jueves, cuando se anunció el acuerdo que desatascó la legislatura y sentará en un mismo Ejecutivo a Fernández Mañueco y a García-Gallardo, es conocido. Incluido el innecesario retraso del PP al aceptar lo inevitable; que negar lo evidente y practicar la técnica del avestruz si acaso retrasa los problemas, pero no los elimina. Incluido el absurdo desplante de varios procuradores del 'súper PSOE' que el jueves pasado no ofrecieron la mano al presidente de Las Cortes y le negaron el saludo cuando prometieron el cargo. Incluido el pobre argumento de Feijóo de haber aceptado a Vox en el gobierno porque, según dijo, los socialistas no se abstuvieron y la alternativa era repetir elecciones. Pero que habría que optar por la lista más votada. Ahora, no en 2019. De risa vamos.
Como cuando Pedro Sánchez se atrincheró en la tesis de que debía pactar con Bildu porque Ciudadanos no le había dado su apoyo gratis… El mismo Pedro Sánchez que nunca iba a admitir a la izquierda radical en su gobierno para poder dormir. El que, por no dejar gobernar la lista más votada de Rajoy, incendió Ferraz, salió del Congreso, ganó unas primarias, promovió una moción de censura y armó un gobierno encofrado por radicales. En fin. Hace mucho que el debate político en España no es de altura, sino 'de alcance'. Pero de alcance mínimo. Plagado de cortoplacistas y cobardes. Con menos profundidad que las canciones de Paquirrín. En este país a nuestro debate político le sobra papada y le falta músculo y reflejos.
Pero eso sí, cuidado, llegan 214.000 ciudadanos de Castilla y León, casi un 18% del electorado, votan a Vox exactamente igual que hicieron en las generales de noviembre de 2019. Ese partido obtiene así, legítimamente, la llave de la gobernabilidad de la Junta. Entran a gobernar porque tienen derecho y pueden. Y entonces todo el mundo se lleva las manos a la cabeza. Mucho ohhh... Mucho uyyy... Y se llega a la conclusión de que, poco menos, no ha sucedido nada peor que eso en la vida política de este país desde la dictadura. Nunca. Pero a ver, criaturas, ¿a qué tanta extrañeza? Pero si todos los partidos de este país que han tenido oportunidad han roto, mediante insulseces, incoherencias, atracones de soberbia y corrupciones todas las costuras de cualquier ejercicio de la política mínimamente sensato orientado al interés general.
Que la 'súper derecha' entre en un gobierno en España es consecuencia, en primer lugar, de lo mal que lo han hecho y siguen haciéndolo los partidos mayoritarios. Los dos. Así que, antes de mirar a Vox y negarles el saludo o aceptarlos como compañeros de gabinete semiapestados, deberían planificar desde ya qué van a hacer para que en la próxima cita con las urnas los ciudadanos prefieran votar otra cosa. ¿Qué va a hacer usted, señor Tudanca? ¿Va a hacer algo? ¿Y usted, señor Igea? ¿O nos van a seguir dando sermones y lecciones? Sobre todo a los medios. ¿Señores de UPL, de Soria Ya, señor de Unidas Podemos, señor de Por Ávila? ¿Señor Sánchez, señor Feijóo, señora Arrimadas? ¿Alguna otra propuesta que no sea culpar a todo el mundo y exclamar ohhh y uyyy?
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Crece la familia del reptilario de Cabárceno
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.