Ellos solitos se murieron

De todas formas, tampoco había que ser muy listo o tener los poderes adivinatorios de Casandra, para intuir que esto iba a ocurrir. Desde que Albert Rivera soñó con ser el próximo Aznar; desde que Igea prestó su voto para que en Castilla y León gobernara el PP, estaba claro que su destino iba a ser la patada en el culo. Hasta es posible que en su tiempo lo advirtiéramos desde estas páginas, no recuerdo bien. En Madrid, en Murcia, en Castilla y León... En Andalucía ya se está preparando el puntapié. Hola, Paco, que sepas que estás cesado. No es este el golpe homicida a Ciudadanos. En las series de crímenes hemos aprendido que los cadáveres no sangran y Ciudadanos estaba muerto hace mucho, desde que ellos mismos se empeñaron en morir. Si Aristóteles decía del ser aquello de no puede no ser, lo de Ciudadanos, con estas cabezas que los han gobernado, no podía ser y, además, era imposible.