Secciones
Servicios
Destacamos
A más 'sanchismo', más derechismo. Esa ecuación ya no tiene discusión. El 'sanchismo' entendido como política de alianzas sin complejos para mantenerse en el poder con los extremos del nacionalismo y la izquierda populista y republicana, produce monstruos. Como en 'Los caprichos' de Goya. Garantizar ... la estabilidad presidencial en La Moncloa requiere alianzas que conllevan la intensificación del 'antisanchismo' sociológico. En el momento álgido del pacto Frankenstein, Isabel Díaz Ayuso obtuvo más diputados que la suma de las tres fuerzas de la izquierda madrileña, y ahora el bloque de la derecha en Castilla y León ha conseguido 14 escaños de diferencia con el bloque de la izquierda.
Ya no le puede caber duda a Pedro Sánchez. La política y las alianzas y cesiones (indultos, fondos, presos, Casa Real) que le ayudan a seguir en el poder, son precisamente las que irremediablemente le lleva a perder las elecciones. Y otra lección de los comicios autonómicos ganados por el PP: que las opciones localistas, vaciadas, coyunturales, con vocación de bisagras se disparan cuando el precio del escaño sube más que la luz porque puede significar el poder o la oposición. Cuando la manguera del dinero público está suelta y otros están llenando el capazo surgen siglas con vocación de gozne por doquier.
La misma soga con la que Sánchez se aferra al poder gratificando los apoyos por minúsculos que sean son los que paradójicamente le vacían de votos a la sigla socialista. El ejemplo de las elecciones en Castilla y León con la implosión de los votos localistas directamente retraídos de su caladero no dejan lugar a dudas. ¿A ver si Sánchez se está ahorcando con su propia soga? El caso de Podemos ofrece otra paradoja. En la medida en que el PSOE ha ido derivando a los postulados de Podemos y asumiendo sus rasgos ideológicos, ha evitado el sorpaso y desmoronamiento de la sigla. Pero, simultáneamente, está vaciando a su socio principal de los votos necesarios para seguir soñando con mantener la coalición. Otra vuelta de la misma soga que ahora le aprieta.
La polarización política con la derecha a niveles de o mansos o fachas, ya no parece funcionar como en los primeros años del 'sanchismo' lo que puede hacer recalcular la ruta a La Moncloa. Casi parece que debería apostar por lo contrario. Un pacto tácito con el PP para que gobierne el más votado. En todas las instituciones. Abstenerse en la investidura de Mañueco para que este no pacte con el PP podría frenar la tendencia y abrir una nueva etapa para neutralizar a las bisagras de derecha y de izquierda. Pero por su parte debería romper las alianzas con ERC y Bildu.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.