El no por sistema

Más tarde, la derecha española se opuso a la legalización del aborto, en sus dos versiones sucesivas, la de 1985 (una ley que permitía abortar en unos limitados supuestos) y la ley de plazos de 2010, recurrida también por el PP sin que el TC haya abordado todavía el asunto. Y, por supuesto, también rechazó el matrimonio entre personas del mismo sexo, aprobado en 2005 por el gobierno de Rodríguez Zapatero. En este último caso, el PP llevó el asunto ante el Tribunal Constitucional, que rechazó el recurso en 2012, siete años después.

Tras todas estas reformas que han modernizado el país y han incrementado la felicidad de los españoles, han gobernado Aznar y Rajoy, y no han revertido ninguna de ellas (Rajoy cambió apenas un detalle de la ley del aborto), lo que significa que la derecha ha acabado comprendiendo las razones de la izquierda. Y si las cosas son de este modo, ¿a qué viene que ahora Casado recurra aspectos poco relevantes de la ley de la eutanasia, lo que generará inseguridad jurídica en personas con problemas terminales que se estén planteando recurrir a esta vía? Anclarse al pasado, rechazar lo nuevo por inercia, no es precisamente un signo de inteligencia. Ni de integridad política.