Sí es sí, o no
El avisador ·
«En los tiempos de Mao/Nixon, como en los de Jinping/Biden, hay cosas que no cambian en España. El sexo y sus leyes nos siguen trayendo de cabeza»Secciones
Servicios
Destacamos
El avisador ·
«En los tiempos de Mao/Nixon, como en los de Jinping/Biden, hay cosas que no cambian en España. El sexo y sus leyes nos siguen trayendo de cabeza»De manera simbólica, pero en absoluto lejana de la realidad, Naciones Unidas ha declarado que desde el 15 de noviembre pisamos la Tierra más de ocho mil millones de seres humanos. En 1960 apenas pasábamos de los tres mil. 105.000 personas más al día. ... Y subiendo. Así se las gastan los pobres, que siguen trayendo pobres al mundo como si hubiera un mañana. Que igual lo hay.
Que pueda haber un mañana, a pesar de Putin, es lo que quieren para sus hijos (a saber, dos por el estadounidense y una por el chino) Joe Biden y Xi Jinping. Lo mismo que en su día pretendían Richard Nixon y Mao cuando se estrecharon las manos en Pekín en 1972. Entonces el viejo era Mao (79), y el joven, Nixon (59). Ahora es al revés: Biden gasta ya los 79, y Jinping, los 69. Las cifras cantan. Estos últimos eligieron Bali, donde llegaron con todos los problemas del mundo cargados en sus espaldas. Y aunque dejaron los asuntos más espinosos (Ucrania, Taiwán, los derechos humanos) en la sala de espera, por lo menos sí hablaron de algunas cosas que les importan a sus hijos: la salud, el cambio climático… y el comercio mundial. Con los de hoy, como con los de entonces, la democracia no gana medio milímetro. Pero al menos los bolsillos (sus bolsillos) no resentirán más de lo necesario. En buenas manos estamos.
«Franco» es la palabra que los dos emplearon, ignorando lo que esto significa por aquí, para calificar este diálogo entre los caudillos del mundo. Una virtud en la que coinciden. Como coinciden también en el asco que les da a los dos el pelucón de Donald Trump, de regreso al barro político.
No sacan tanto pecho como los americanos o los chinos los ingleses, que dan por oficial su entrada en recesión y anuncian subida general de impuestos. Tampoco los polacos, que han empezado a apuntarse en masa a los cursillos de autodefensa, después de la crisis del misil no identificado de Przewodow. De hecho, se cuentan ya por miles los ciudadanos de la antigua Europa del Este, incluidos los polacos, que han comprado o alquilado casa en el Levante español, por lo menos para este invierno. Esa es nuestra grandeza: un verano indio, garantizado por el calentamiento global, y la emoción del paso airoso de la selección española por el muy folclórico mundial de Qatar. Por no hablar de las chirigotas locales, como esta última de la ley del 'solo sí es sí'. La ministra de Igualdad, con su fábrica de titulares, tildando de machistas a los jueces. Y la realidad: la rebaja de penas para no pocos condenados por delitos sexuales. Más carnaval.
En los tiempos de Mao/Nixon, como en los de Jinping/Biden, hay cosas que no cambian en España. El sexo y sus leyes nos siguen trayendo de cabeza. Tanto como el fútbol. Por mucho que los espejos del callejón del gato insinúen lo contrario. El sexo, el fútbol y las incursiones del aparato del Estado en nuestra intimidad más íntima. Ahora, irrumpiendo en nuestros teléfonos móviles con el pretexto de testar posibles emergencias (¿sanitarias, nucleares?), ya sea en medio de un concierto o de una reunión de vecinos. Sin avisar y sin instrucciones para detener el pitido. Ni la Stasi ni el KGB ni la brigada político-social. El mundo se derrumba, como en los tiempos de Bogart y de Bergman.
Pero esta vez por el peso de su masa humana. Y lo malo es que a nosotros, por no quedarnos, no nos queda ni París. Y menos desde que los franceses han dicho que las Phryges, las mascotas de los Juegos Olímpicos de 2024, se parecen más a un clítoris que a un gorro frigio. Es tan corto el amor y es tan largo el olvido…
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.