Serenidad

Suelo preguntarme cómo estarán viviendo esta pandemia los menores de diez años, que se dan cuenta de todo. Aprovechando que tengo un familiar de ese 'tamaño' a veces le sondeo para saber qué siente cuando tiene que salir a la calle con mascarilla, ... qué cosas echa de menos o qué opina del teletrabajo, que en su caso es teleeducación. Y, francamente, me sorprende la serenidad con que responde a mis dudas y el poco agobio que parece provocarle la situación. Así, cuando no podía juntarse con sus amigos, se conectaban por el móvil o la tableta de sus padres; y en vez de ir al cole estudiaba en casa con los mismos dispositivos. Estamos, pues, ante una generación más tecnológica que ninguna de las anteriores, que considera absolutamente normal estudiar sin pisar las aulas o compartir a distancia con sus colegas juegos que servidor es incapaz de pronunciar. Ni siquiera la vuelta a clase parece preocuparle, decisión que a los mayorones nos aterra, y si por mí fuera no le mandaría a la escuela hasta el día de recoger el título de Doctor en Medicina Nuclear, aunque preferiría que se lo bajara de Internet.