Sin sentido ni sensibilidad

Al parecer, lo que intentaba el presidente de Iberdrola era criticar a Pedro Sánchez por su promesa de que el coste de la energía eléctrica sería para el consumidor similar a la de 2018 y, a la vez, promover bajas entre los que se apuntaron a la tarifa regulada. El directivo señaló que la causa de que el 80% de los españoles estén pagando menos que en 2018 es porque han bajado los impuestos.

Aunque el viernes pidió disculpas y señaló que con sus comentarios no tuvo intención de zaherir a nadie, las pullas pretendían dar también respuesta a la intención del Ejecutivo de recortar los llamados beneficios caídos del cielo que reciben las eléctricas. Un proyecto que la Moncloa baraja seriamente desde hace varios meses, situando esa reducción en un 15%. Las eléctricas han bloqueado hasta ahora la iniciativa gubernamental porque supondría una rebaja sustancial de sus ingresos. A Sánchez Galán lo que más parece interesarle son los beneficios de la compañía que, para este año 2022, se calculan entre 4.000 y 4.200 millones de euros. En 2021 Iberdrola ya superó las previsiones con 3.885 millones de ganancias gracias a las filiales de Estados Unidos y Brasil, pero considera un lastre a los «tontos» encadenados a la tarifa regular de la filial española.

La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, en una entrevista en RNE expresó su asombro ante «la falta de empatía» del primer gestor de Iberdrola y reclamó responsabilidad para arrimar el hombro. El IPC tiene una sobreponderación del precio del gas y para que este indicador refleje con veracidad el precio de la electricidad se necesitan datos detallados difíciles de obtener. Sánchez Galán, al frente de un consejo de administración altamente retribuido, no puede disimular su error al despreciar a quienes no pertenecen a los sectores más privilegiados.