Santificarás
El lucernario ·
«Duele pensar que quien decidió el destino de dos almas inocentes tenga la oportunidad de volver a vivir tras saldar una deuda que no debería tener precio»Secciones
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«Duele pensar que quien decidió el destino de dos almas inocentes tenga la oportunidad de volver a vivir tras saldar una deuda que no debería tener precio»Siempre me ha llamado la atención que los epitafios y los homenajes póstumos sean un cúmulo de virtudes que prescinden del carácter más mundano de la persona ausente. Toda una glosa que eleva y santifica a quien ya no es palpable ni visible, pero que ... permanece de algún modo en un formato tan etéreo como benévolo. Con Paloma y con India las palabras se entretejen solas. Las yemas se deslizan sin ataduras y sin artificios para expresar la bondad de una mujer que quiso transformar al verdugo. La acogida se tornó en una trampa mortal en la quinta planta del 66. Dos semanas después, no hay condena que repare el daño infringido.
No está escrito en nuestro Código Penal un castigo que iguale en magnitud al hecho cometido. No hay ni una aproximación, tan solo una prisión permanente que puede revisarse. No hay perpetuidad en la sentencia, solo un vacío que no lo llenará ni el Juez más implacable. No caben rebajas ni atenuantes porque él sabía lo que hacía y lo ejecutó. Hay que honrar a las víctimas. Desde la calle, con un clamor tan intenso que rompa muros y concertinas allá donde quiera que pene la condena. Y desde las instituciones, endureciendo aún más el castigo y ejecutándolo con mano de hierro sin guante de seda. La perspectiva de la reinserción, por muy esencial que sea en nuestra legislación, debería aterrarnos e indignarnos.
Duele pensar que quien decidió el destino de dos almas inocentes tenga la oportunidad de volver a vivir tras saldar una deuda que no debería tener precio. No bastan 25 años, ni la semilibertad que concede el tercer grado penitenciario. Ése es el camino para recuperar la liberación inmerecida, una nueva ocasión para embaucar y colarse sin llamar en un corazón puro que dejó partido en dos.
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