Las noticias más leídas del sábado 8 de febrero en El Norte de Castilla

Sansón son los viejos en el banco de la plaza. Es el blanco y negro, la tinta que es la vida y aquellas viudas que hacen metafísica frente a toda esta realidad distópica que es la vida y una lápida. Sansón tiene la bondad de ... mostrarnos tal como somos, o como seremos dentro de un tiempo, cuando acabe la distopía y podamos ir al banco y al parque a dialogar con mayéutica y con mascarillas.

Publicidad

El impacto de una viñeta, con las luces largas y los recursos de la museología es una fiesta ahora que no hay fiestas y las circunstancias nos hacen como más introvertidos.

La buena gente de Sansón tiene las narices largas y porrudas, sin llegar al feísmo. De ahí la humanidad que anteriormente habíamos consignado sobre este editorialista en b/n. Una comida con Sansón es algo parecido a la felicidad, en tanto que entra -y va entrando en faena- en los dobles sentidos y en la risa. Me gusta cómo Sansón da claves de existencia de día en día, de mañana en mañana.

Yo pienso en imágenes, pero algo parecido a la artrosis, las medicaciones para la tristeza y otras cosas similares hacen que no ni sepa ni quiera dibujar, aunque a veces se me pasen esas columnas apaisadas por la mente y así se me van quedando en el aire esas viñetas, que nos dan tanto.

A Sansón habría que hacerle este homenaje de la ciudad, y la ciudad se lo ha hecho. Que sabemos desde hace mucho que Valladolid es capital mundial del viñetismo en prensa, y creo que eso se ha dicho ya. Tengo en mis manos el catálogo de Sansón, hay veces que el laconismo viñetero nos lleva a la felicidad o a la tristeza pensante, que en eso consiste el columnismo dibujado.

Publicidad

A Sansón lo queremos por rotularnos el alma y en el alma.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad