El debate de política general iniciado ayer en el Congreso confirmó que en lo que resta de legislatura, en un tiempo marcado por la guerra de Putin y sus consecuencias energéticas y económicas, la gobernación de España no variará de alianzas ni se encaminará hacia ... políticas de Estado consensuadas entre los dos principales partidos del país, PSOE y PP. Las medidas anunciadas por el presidente Sánchez satisficieron los requerimientos de Unidas Podemos y de los demás socios a su izquierda, restableciendo la sintonía de su investidura. Con los socialistas aliviados momentáneamente al escuchar proclamar a su líder «Vamos a por todas».
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Mientras, el PP espera a crecer como alternativa a medida que las tendencias demoscópicas reflejen desgaste en las expectativas del Gobierno de coalición, con Alberto Núñez Feijóo tomando paulatinamente las riendas de la formación. Los anuncios de Sánchez reconfortaron a su bancada hasta el entusiasmo. Pero la constatación de que sus medidas no se aplicarán hasta septiembre e incluso hasta el próximo año rebajó la ilusión partidaria inicial. Toda vez que los efectos adversos de cada anuncio afloran inmediatamente.
Sánchez habló de «justicia fiscal» para explicar su propósito de gravar los «beneficios extraordinarios» obtenidos por las grandes compañías energéticas y las grandes entidades financieras supuestamente a cuenta de la crisis desatada con la invasión rusa de Ucrania. Pero la caída de su valor bursátil y el retraimiento de la inversión ante iniciativas cuyo articulado se desconoce y cuya solvencia jurídica resulta dudosa hasta para el propio Gobierno no son problemas menores.El argumento de que el Ejecutivo ha dado ejemplo dedicando los más de 15.500 millones recaudados gracias a la inflación a gasto social para paliar sus consecuencias no puede sostenerse en una economía de libre mercado.
La gratuidad de los bonos transporte de tren de cercanías y media distancia sería mucho más eficaz –social y ecológicamente– si se aplicase desde la próxima semana. Del mismo modo que el refuerzo a las becas se percibirá, en el mejor de los supuestos, avanzado el curso que viene. Lo más penoso de la sesión de ayer fue que el presidente justificó la asunción de la enmienda de EH Bildu al proyecto de ley de Memoria Democrática porque así se cumple con el «deber moral con las víctimas del franquismo». Como si no hubiera otra manera de hacerlo.
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