¿Qué sabe marruecos?

¿Por qué el presidente del Gobierno tuvo tanta prisa en desbloquear la situación diplomática, generada unilateralmente por Marruecos por la hospitalización de Brahim Ghali? El cambio de criterio sobre el Sahara fue una decisión personal de Pedro Sánchez, que no llevó al Consejo de Ministros, que no comunicó al Parlamento, parece que tampoco al Rey, que ignoraba el ministro de Asunos Exteriores y sin tener en cuenta los efectos en otros países, de los que dependemos energéticamente. Pedro Sánchez, en otro de sus cambios esperpénticos y supersónicos, se acostó pro saharaui y despertó alauita. Así es él. ¿Se le apareció la Virgen de la media luna o lo visitó un emisario del reyecito?

Como si estuviera todo hablado y acordado, Marruecos aceptó la sumisión de inmediato, devolvió a su embajadora y se comprometió a nada respecto a Ceuta y Melilla, lo que fue considerado por el Gobierno de España como un éxito diplomático. Se adelantó que, con un gesto audaz, Pedro Sánchez había sacado de la agenda marroquí a las dos ciudades africanas, pero, en el acuerdo que se hizo público, no se hacía ninguna referencia a ellas. Mentira tras mentira.

¿Qué sabe Marruecos para que el gobierno de España acepte pulpo como animal de compañía? Tal como están las relaciones, con una sumisión vergonzante, si nos pisan ¿pedimos perdón por haber puesto el pie debajo? ¿Por qué? Es normal que ante los tapujos surjan preguntas y se aventuren razones para justificar decisiones tan precipitadas, gratuitas y temerarias. Y mientras más mienten, menos se les cree, que no somos tontos.

Dando respuestas, un miembro histórico del CNI, el coronel de infantería Diego Camacho, asegura que Pedro Sánchez está siendo chantajeado por el Gobierno marroquí, porque de su móvil habían extraído información comprometida, personal y privada, también sobre su esposa, y que el monarca alauita la intercambiaría por el cambio de postura de España respecto al Sahara. El coronel no aporta pruebas, solo información y experiencia en el servicio secreto y en las relaciones con Marruecos, pero, conocida la indolencia de Pedro Sánchez a la hora de pagar chantajes, hasta parece verosímil. Sería más fácil si dijeran la verdad, a menos que la verdad no pueda decirse.

Para que se visualizara la sumisión de España, durante la visita del presidente del Gobierno, rindiendo pleitesía apresurada al rey de Marruecos, la bandera de España fue colocada al revés, algo absolutamente ofensivo, denigrante e inusual y así estuvo durante toda la reunión entre Mohamed y Pedro Sánchez. De cachondeo. Por parte de España –¡qué beatíficos somos!– se justificó como el error de un 'utillero'. De risa.