La mayor parte de la gente que conozco no ha cometido ninguna ilegalidad medianamente gorda, y lo más delictivo que hizo servidor fue tirar panfletos en la calle y correr menos que los guardias, que me dieron las del pulpo y su cuñado. Bueno, una ... vez me pilló la dueña de la tienda de ultramarinos del barrio metiendo la mano en la lata grande de escabeche abierta en el mostrador y me gritó: ¡marrano!, insulto que no afectó en absoluto a mi moral. Por eso me sorprende la capacidad que tienen algunos para ser imputados de un rosario que incluye cohecho, prevaricación, tráfico de influencias, extorsión, blanqueo de capitales y contra la hacienda pública. Para conseguir semejante medallero supongo que hay que ser bastante golfo y estar bien relacionado, porque no parece fácil saltarse de una tacada tantos artículos del Código. Por eso no me extraña que el fiscal de la trama eólica pida más de cuarenta años de cárcel para el principal encausado, que ha echado por la borda su libertad y su carrera profesional en la Administración. No sé si es delito robar para comer, pero es blasfemo hacerlo teniendo la vida resuelta como alto cargo de la Junta. No me alegraré si al final del proceso les meten un puro a los implicados, pero si van al trullo espero que no les dejen gestionar el economato porque como decían en mi barrio de los manguis: ése, queno se acerque al cajón que tiene la mano muy larga.

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