Isabel de Mónaco

Esta noche, Isabel Pantoja no se estirará la faja en el aseo del Casino, pero sí lo hará en el del Sporting Club. Un millonario alemán, casado con un transformista admirador de la tonadillera, la ha invitado al Baile de la Rosa, y '¡Hola!' corre con los gastos. Estamos en un sinvivir por ver cómo se produce el saludo entre Isabel y Carolina. ¿Se caerán bien? ¿Se harán un 'selfie'? Y, por títulos, ¿quién le hará la reverencia a quién? Que Carolina será princesa de Mónaco y princesa consorte de Hannover y todo lo que tú quieras, pero Pantoja es Isabel I de Cantora, Viuda de España y, desde hoy, Isabel de Mónaco.

Ese encuentro sí que es un acontecimiento histórico planetario, y no el que se produjo entre Zapatero y Obama, que decía Leire Pajín. Mira, ya ni me acordaba de esta muchacha. Los políticos se van, pero los funcionarios permanecen. E Isabel y Carolina, inmarcesibles e inamovibles, son funcionarias del grupo A del negociado del corazón, que para eso sabemos de sus hijos, de sus padres, de sus amores, de sus vicisitudes y de sus desgracias. Y ahí siguen. Y coincidirán hoy en un microestado tan ficticio como Genovia. Solo falta Julie Andrews.