No me gusta la Navidad tanto como a John Waters. Pero es que él ya se pone nervioso en julio pensando en los 146 días que faltan para la Navidad. Y todavía, que no te guste por tener que reunirte con la familia, por las ... calles llenas, por los villancicos en los supermercados (¡de Bisbal!) o por cualquier otra molestia semejante se entiende. Pero así, en general, odiar la Navidad es como odiar la tortilla de patatas (y no entro en la memez beligerante de la cebolla).

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Un tuit de alguien no conocido alertaba de que no estábamos pensando en los niños musulmanes. En cómo se sentirán con la Navidad los niños musulmanes en España. Claro que la Navidad celebra el nacimiento de Jesús. Pero, demonios, hace tiempo que sabemos distinguir entre la religión y la cultura. Me da igual si en mi portería hace una semana que el árbol está puesto. La Navidad es estupenda porque hay películas de Navidad y hay vacaciones. ¿Cómo no me van a gustar las vacaciones?

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