¿Y si Trump muriera?

Las teorías descritas tienen como base la incredulidad de que una entidad tan potente (y con tantos recursos de Inteligencia como EE UU) fuese incapaz de prever sucesos como los dos anteriores. Y una cosa lleva a la otra. Aun así, las explicaciones simples suelen ser más verosímiles que las complejas. Se rigen por el principio de la navaja de Ockham..

Donald Trump se ha convertido en un peligro para la democracia estadounidense y para gran parte del mundo, dado que es más que probable su regreso a la Casa Blanca. Si el aspirante del MAGA sufriera un accidente a bordo de su avión, o una muerte repentina en otras circunstancias, se desataría un tsunami de teorías conspiratorias sobre si el gobierno hizo esto o aquello. Si las fuerzas oscuras de la administración Biden pergeñaran un plan para salvar las libertades y la estabilidad del país, se enfrentarían ante la disyuntiva de si su muerte le convertiría en un mártir y que otros recogieran el testigo. Con lo cual la idea no es una buena opción. Incluso si el fallecimiento fuera certificado como natural, también sería inútil. ¿Un solo hombre vale más que 330 millones?

¿Qué hacer de aquí hasta noviembre? Quien crea, rezar; quienes no, apostar a que la exitosa política económica y social de Biden fructifique, y que los votantes olviden sus lagunas mentales. Lo que no tiene discusión es que los dentistas van a forrarse aun más con ejércitos de pacientes aquejados de bruxismo.