El siniestro bidé del bar

Desconozco el nombre técnico con el que lo bautizaron, aunque tampoco creo que se merezca uno. Llamémoslo mojavasos, para entendernos.

Aunque tiene más pinta de esfínter en mitad de una tela de araña, el sistema que aparenta refrescar el vaso antes de que te sirvan ... una caña de cerveza esconde en realidad un oscuro propagador de bacterias y virus. El procedimiento suele discurrir así: pides la caña, quien te la sirve humedece el vaso, lo acerca al caño y comienza a fluir el líquido de la felicidad. Hasta este punto, el propósito de refrescar cumple. El problema aflora a lo largo del día. Un parroquiano tras otro, el bar a reventar, el lavavajillas no da abasto y los pedidos se acumulan. Lo he observado con más atención si cabe durante estos últimos días tan entrañables y tal. Un cliente que estaba a mi lado pidió otra caña. La camarera le recogió la copa y la refrescó en el bidé del cañero, para luego devolvérsela llena. Yo también pedí otra, y la operaria iba a proceder de igual forma. Exclamé: Achtung! O me la sirves en la misma sin mojarla o en otra limpia sin pasarla por el sanitario. Ella respondió: ah, perdona, es la costumbre.