Sindicatos con aranceles

El finde, los sindicatos se manifestaron en España «en favor de los trabajadores» y contra el PP y otros; no frente a la maquinación de Pedro Sánchez y su decreto ómnibus, que estaba cargado de trágalas. Si el tahúr lo hubiera fragmentado, habría salido adelante. Porque quién, salvo 'Abasctrump', se atrevería a no validar la subida salarial de los pensionistas y otras medidas sociales.

Sí, este finde veía parlamentar a los gerifaltes sindicales y la tristeza holística que pende sobre ellos. Son los llamados «sindicatos de clase, de clase política marca PSOE e IU. El Norte entrevistó hace pocos días a Faustino Temprano, que abandona la UGT regional o viceversa. Proclamó: «Sin la UGT no habría sido ni soy absolutamente nada». Esa declaración refleja dónde laten la persona y la vanidad. Sus células grises tendrían difícil acomodo en ve a saber qué empresa. Lo despidieron en Zamora en un acto congresual, con la ministra de Igualdad y tal de cuerpo presente. Temprano llegó pronto al sindicalismo haciendo honor a su patronímico. Vivió tan bien que no sería nada sin sus 'sindis'. Le aqueja el mismo mal que al resto de las organizaciones, de diferentes disfraces e intereses, pero tan vacuas como el resumen vital tardío del entrevistado. Las hay de todo sesgo. Cristianas peperas, abertzales, anarquistas... Un pandemonio incapaz de paralizar un país por una causa justa.