Alberto González Amador, novio de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a su llega al Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Efe
La aventura humana

Saxo, sexo, plexo

La gente creyó que el portavoz de Sumar (hoy Restar) era un portento, y no el monaguillo perverso con Nocilla y donuts que irrumpió en la política nacional

Roberto Carbajal

Valladolid

Martes, 29 de octubre 2024, 07:31

Supongo que ha quedado claro que la pareja de Díaz Ayuso se declaró culpable de haber defraudado a la hacienda pública española y que buscó truco o trato para no sentarse en el banquillo; también, que no defraudó a la lideresa madrileña, que parece suscribir ... el comportamiento ilícito de su compañero de juergas envuelta en la bandera. Y también supongo que un Feijóo sin lentes correctoras disimula el pavor a no parecer demasiado ayusista respaldándola ahora absurdamente por declinar sus obligaciones institucionales, sometiéndose él de forma atolondrada al escarnio público.

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En realidad, ya no supongo nada; más bien, me ciño a la tozudez de los hechos. Y los hechos no deben verse relegados frente a la opinión particular, como defendió el legendario editor de 'The Guardian' C. P. Scott, y que el diario blande en su portada. Que el churri de Ayuso compre un saxo para desgravar tendría su encaje si el tipo fuese un músico profesional y no un abrelatas.

Pero late en todo un tufo patriarcal, tutelado por el ideólogo áureo Miguel Ángel Rodríguez, y que ha comprado cierta prensa, que no acaba de asumir que abrazar lo indefendible resulta un agravio ciudadano. Algo que no sucede con el rapsoda Íñigo Errejón, cuyos hechos punibles han suscitado el consenso en las redacciones. La erótica del poder se apoderó de algunas de sus víctimas (hasta donde sabemos, se hizo fuerte en Elisa Mouliaá, que tenía al acosador en un pedestal). La gente creyó que el portavoz de Sumar (hoy Restar) era un portento, y no el monaguillo perverso con Nocilla y donuts que irrumpió en la política nacional.

Incluso siendo serio lo anterior, serán fruslerías cuando el machista, reo y dictador Donald Trump gane las elecciones en breve. En ese instante, el mundo se cuestionara por qué estuvo a rolex, y no a setas.

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