¿Y si Milei acertase?

Hispanoamérica siempre se ha visto enredada en mesianismos frustrantes. Los argentinos dieron sostén a Perón y toda su estela de negocio sectario kirchnerista, e incapaces de sacárselos de encima hasta 'anteayer'. En el fondo, Javier Milei parece una versión más de esa corriente, que basa su discurso en enardecer a las masas con la palabrería que cala mucho allí. Pero una vez desconectado el altavoz y disipado el eco de las soflamas, toca agarrar la realidad del país que te confiaron y poner en marcha tus planes. ¿Podrá esta mezcolanza de libertario económico, de seguidor entusiasta de Friedman y del resto del coro ultraliberal convertir a Argentina en, no sé, Chile? Sus propuestas electorales, motosierra en mano, chocarán con las trabas que impondrá un parlamento que no controla.

Argentina no es los Estados Unidos Trumpistas de América, en donde el capitalismo manda en todo y el gobierno es su lacayo fiel. Aun así, Milei podría revertir el pairo económico y apostar por medidas tan disruptivas como exitosas. En ocasiones, pruebas mezclar un poco de esto, una pizca de lo otro, aderezado de aquello que un día te pareció una idea eureka y, bang: la cosa funciona.

Hace tiempo seguí las andanzas de Milei en las redes sociales. Iba por los platós matando 'zurdos'. Sí, tiene un pensamiento transversal, radical y atolondrado. Pero la transversalidad ha alumbrado logros a lo largo de la Historia. ¿Y si este alocado 'profesor chiflado' diese en el clavo?