Efe
La aventura humana

Discursos e irrealidad

El discurso real está cargado de buenas intenciones, pero al no estar en su mano ninguno de los poderes del Estado sus palabras tienen la misma aplicación práctica que lo que balbucean las misses en los certámenes

Roberto Carbajal

Valladolid

Martes, 26 de diciembre 2023, 00:27

El refrán de que por la boca muere el pez nació falso desde el principio: muchos son alanceados, o incluso peor. El antiguo jefe de la Iglesia católica española Rouco Varela abrazó de boquilla la humildad y propaló la asunción de la pobreza en las ... formas, pero cuando dejó el palacio episcopal hizo que invirtieran medio millón en adaptarle un casoplón de cuatrocientos metros cuadrados y le asignaran cantidad de gente a su servicio. Nada que ver con los votos que promovía el papa Francisco, una Iglesia pobre y para los pobres.

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Siguiendo cierta cronología, en la reciente cumbre del clima COP28 de Dubái, todo el mundo esgrimió buenas palabras para revertir la catástrofe ambiental que padece el planeta. Incluso firmando un acuerdo de mínimos, lo absurdo de la realidad desvela que nadie puede creer que los árabes o EE UU vayan a suicidarse económicamente cortando el grifo del petróleo. Es como obligar a la lencería de la esquina a que venda a pérdidas, o peor: que pague los gastos y que no dispense ni un solo tanga. Las siglas COP son reveladoras: Conferencia de las Partes; es decir, que harán lo que les dicte la zona pélvica.

Felipe VI habló el domingo sobre el riesgo de que la confrontación ponga en peligro la convivencia en España y alentó a que todo quisque se tranquilice, por el bien del país. La verdad es que el discurso real está cargado de buenas intenciones, pero al no estar en su mano ninguno de los poderes del Estado sus palabras tienen la misma aplicación práctica que lo que balbucean las misses en los certámenes. ¿Que todos deberíamos suscribirlas? Yo el primero, pero que baje el suflé depende de otra gente, que vive de alimentar el incendio.

Las madres dicen a los niños: ven aquí o te mato. ¿A que nadie se las toma en serio? Nunca lo hice, y a la vista está.

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