El clan de los morbosos

En el partido socialista se esfuerzan en implantar en las mentes estériles que, si finalmente se sellara el plácet con Junts, se pacificaría Cataluña. Pacificar qué, hacer tabla rasa para qué, cuando es obvio que ese acuerdo solo alentaría al independentismo a afianzar la idea de que van viento en popa.

Pero he llegado a pensar que a Puigdemont le convendría un gobierno conservador en Madrid para revitalizar a sus huestes, hoy en horas bajas. Medran mejor victimizándose contra el PP, aunque esto penalice al empresariado catalán. Rajoy sacó a los antidisturbios en aquel 'principado', y el secesionismo vivió sus mejores días. A muchos les costó la cárcel, suavizada con el indulto. Ahora, Pedro Sánchez aplicará su enésima vuelta de tuerca, ¿por el bien de España o por ahondar en su hedonismo?

Mientras, Feijóo aguarda en el túnel de vestuarios, calentando. Le convocaron para jugar el partido, pero su estrella se desvaneció justo en el instante en el que pusimos el foco sobre ella. Que no sea fusilado por los suyos será producto de un milagro, uno en forma de elecciones en pocos meses: si Puigdemont pidiera la Luna y Sánchez se la hurtase.