Ayuso, contra su universidad

Las seis universidades públicas de Madrid se ahogan. Y la Complutense es la que padece la situación más agónica. De esta obtuvo el título de periodista Isabel Díaz Ayuso, la gerifalte que ahora niega al conjunto del sistema el pan y la sal. El Gobierno ... central ofreció al madrileño 169 millones a repartir entre todas ellas, pero no ha recibido una respuesta de la mal pagadora lideresa. Con ese trasvase de fondos podrían contratarse mil profesores y aliviar el calvario. La ministra Morant urgió al titular de la consejería a que aceptase el dinero, porque el plazo legal de la firma expiraba el pasado viernes. No obtuvo respuesta. Las instalaciones de este emblemático centro atraviesan una degradación sin parangón en el resto de España, que tampoco nada en la abundancia. Ayuso destina solo el 0,47 % del PIB a financiar los estudios superiores públicos, cuando la media europea gira en torno al 1,2 y la española arrastra alrededor de la mitad.

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El desprecio a financiar dignamente la educación universitaria madrileña solo puede obedecer a dos razones. La primera, a que este icono femenino madrileño trate con desdén a los alumnos de las clases sociales desfavorecidas, que aspiran a no apearse del ascensor social. Aplicándoles este tercer grado, y degradando sus campus, alentaría un trasvase hacia el sector privado, por el que tanto apuesta el PP ayusista. Quizá las clases acomodadas que le dan soporte pidan que restrinja el acceso al conocimiento para que los hijos de los pobres no supongan una competencia laboral.

Y la segunda razón verosímil: una suerte de venganza encubierta contra esa pobre universidad plagada de podemitas, perroflautas y otros rojos peligrosos, algunos de los cuales se han sentado en el consejo de ministros. Sí, debe de ser todo eso.