Dos héroes de Castilla

Un héroe fue este campeón de todas las distancias del medio fondo. Alcalde durante años de su pueblo -Becerril de Campos-, también creó una empresa allí donde más difícil era mantenerla en el tiempo. Su desempeño político y empresarial no alcanzó las cotas del olímpico, pero demuestra el afán sostenido de aportar la energía contagiosa que volcó en las pistas. Uno piensa en Mariano Haro y le entran ganas de ponerse las zapatillas y trotar leguas por los cerros, no cual kenyano o etíope, sino como castellano de Palencia (vale igual de Valladolid).

Noticia relacionada

Ver 53 fotos

Muere Mariano Haro, una leyenda del deporte

El genio de los lapsus en semifinales y homenajes

Ricardo Sánchez Rico

Algún día querría leer un libro en torno a Mariano Haro como el escrito por Jean Echenoz sobre Emil Zápotek, la locomotora humana, el checo que batió en los cincuenta los tiempos en diez y veinte kilómetros. Este austero deportista fue represaliado por apoyar la primavera de Praga, dio buen ejemplo más allá del atletismo. Y es que los grandes que merecen homenaje tienen en común su independencia de criterio, no se dejan limitar por los condicionantes de lo «políticamente correcto». Y son así porque llegan a sus metas tras miles de horas de sacrificio intenso, esculpiendo a cincel su propia disciplina.

Unos treinta kilómetros separan Becerril de Carrión de los Condes. Allí nació hace casi cien años Enrique Fuentes Quintana, el mejor ministro de economía que ha tenido España. Si alguno de ustedes quiere comprobarlo, sólo tiene que revisar la grabación de su mensaje a la sociedad, retransmitido por televisión española en los tiempos críticos de la transición ¿Hubiera sido posible la Democracia sin los pactos de la Moncloa y su reforma tributaria? ¿Se conoce otro caso de un político que presentara varias veces su dimisión – hasta que la aceptó Suárez - alcanzando tantos logros en tan poco tiempo?

En siete meses, este palentino estabilizó unos desastrosos indicadores macroeconómicos con el mismo tesón con el que corría Mariano Haro. Las soluciones de los problemas, decía Fuentes Quintana, demandan voluntad responsable y el sentido común y la experiencia de las «sufridas amas de casa», que ven que el coste de la vida sube y comprenden las nefastas consecuencias de la inflación. Una sociedad, explicaba, no se diferencia tanto de una familia; si gasta más de lo que ingresa, terminará mal. ¿Por qué dimitió Fuentes Quintana? Pues porque era un académico, un intelectual comprometido con el desarrollo de España, pero no aceptaba las componendas de partido ni dejaba de tomar decisiones que afectaran intereses si las consideraba necesarias, obviando las tácticas arteras de los políticos de profesión.

Las tierras del norte de Castilla imprimen carácter. Mariano Haro y Enrique Fuentes Quintana nacieron en lugares muy próximos, vivieron el mismo tiempo y no fueron efímeros. Son dos héroes cuyas hazañas aun debieran inspirarnos. Decidieron correr o trabajar a fondo cada día, poner todo el esfuerzo en su labor cotidiana y decir siempre lo que pensaban para actuar en consecuencia. Por eso ponemos su nombre en las calles y nos conmueve homenajearlos.