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El presidente de la Generalitat de Catalunya, Quim Torra junto a los simpatizantes independentistas, durante el recorrido por la AP-7 desde Girona de una de las 'Marchas por la libertad'. EFE/David Borrat
La revolución, tía

La revolución, tía

«Todo lo que un político haga en Cataluña le va a parecer muy poco a unos y demasiado a otros»

Chapu Apaolaza

Valladolid

Jueves, 17 de octubre 2019, 07:36

La patria de lejos es un territorio extraño, lejano, abstracto, casi del papel de los mapas de la guerra: fronteras, aquí tal río y al este, el mar. Empieza en un lugar en concreto y en un momento en concreto y a partir de ahí ... se extienden fronteras que resultan siempre límites inconclusos como el final de las ciudades. ¿Quién sabe dónde termina Madrid? La nación casi nunca está en peligro, y después cae la noche en Barcelona y si la miras de cerca, la patria habita en lugares mucho más concretos. En el tipo que apaga la barricada, por ejemplo. En el paso que da hacia el extintor, en la mano que aprieta el gatillo y acciona el chorro de polvo, en el segundo exacto en el que ve al matonerío girar tras el contenedor y venírsele encima, ese instante en el que, en lugar de huir, aguanta. El pómulo de ese tipo sobre el que se estrella el puño, las costillas que reciben la patada en el suelo. Ahí vive España, de alguna manera, y también Cataluña. Ese hueso en concreto es una patria entera, y también lo es la mujer anciana que en el segundo piso levanta el teléfono y llama a su hija porque el salón se le está llenado de humo y siente en el pecho la presión del miedo, los cristales rotos, el cielo de hoguera sobre la ciudad y la pareja que sonríe en un selfie sobre la barricada. «Es la revolución, tía».

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