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Una de las frases más escuchadas en los últimos tiempos es la enunciada por nuestros políticos sobre la responsabilidad individual para frenar este virus. Y no les falta razón, pero yo me atrevería a invitarles a ellos a que piensen en responsabilidad conjunta. Porque no ... todo es cuestión de cada una de las personas que salen a la calle, sino que también se debería revisar el protocolo que se está siguiendo para acabar con esta pandemia.
Siempre he dicho que no tiene que ser fácil llevar las riendas en estos momentos, pero creo que el sentido común (que al parecer es el menos común de los sentidos) debería reinar más en algunas de las decisiones que se están tomando, porque por algo somos el país con uno de los índices más altos en contagios, al igual que la comunidad y no sólo es por irresponsabilidad individual.
Por ejemplo no se entiende que si a un niño lo confinan por haberse detectado un caso en su clase, el hermano sí que pueda acudir al mismo centro sin ningún problema o que los padres deban acudir al trabajo siendo todos posibles portadores del virus. Lo lógico ¿no sería quedarse en casa hasta saber el resultado? He ahí otro problema, y es que este no llega hasta casi una semana después de haberse encerrado en casa y claro, eso es mucho tiempo para una empresa.
Ahora el rastreo es más eficaz y con ello las posibilidades de saber si eres o no un portador. Pero eso no basta si el proceso en su conjunto no es ágil, porque lo que ganamos por un lado lo perdemos por otro y así desgraciadamente estamos volviendo de manera irrevocable a la casilla de salida.
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