Repoblar batas

Los médicos curan el alma, la lumbalgia y todo lo que vino y vendrá. Suyo es el reino de los vivos, y suya es la vocación más vocacional, si es que la expresión es admisible. El requisito de la españolidad desaparecerá, parece, el 1 de enero. Vísperas de las pulmonías, de los fríos más malditos y los suicidios que un psiquiatra ido no pudo ver.

Cuando yo daba mítines algo zurdillos, que en esta vida no se puede decir que de esté agua no beberé, me inventé o copié –no me acuerdo– un concepto que era el de la rentabilidad social. Y un galeno es rentable socialmente. Me gusta, por otra parte, que se vaya a lo inmediato, en donde va la vida. Un médico se deja media vida en los libros. Otros, estudian lo mismo para poner traseros y tetamen y pelo, pero ésos no son los míos.

Dijo la consejera de Sanidad que los facultativos patrios, que los hay, están mal repartidos. Y es verdad.

PS: Aún recuerdo cuando en Andalucía, las dotaciones de Salud se empleaban en poner una terraza en la cafetería del hospital. Yo perdono pero no olvido. Y aquí hay que repoblar pueblos y médicos.