Secciones
Servicios
Destacamos
La Casa Grande de La Mudarra son memorias de un patio de Castilla, floreado de gorriones y vencejos. Desde el tejado, quiza, se alcance a ver Guadarrama y el Espiguete si el día está claro y la curvatura de la Tierra lo permite.
Es el ... mejor sitio para repensar Castilla, que ahora es el empeño de Guillermo Garabito. Allí, donde en verano se canta flamenco y se da uno a la observación de las Perseidas, allí mismo, digo, Garabito ha creado un observatorio para repensar Castilla al nombre de «Castilla y León importa. Memorias para la reconstrucción». Se trata, pues de ver qué hace la Cultura de la tierra en estos tiempos raros, acaso porque, como una vez me dijo un tacañón, Cultura se escribe con 'C' de crisis.
Porque, no nos engañemos. Situar a los servidores de 'streaming' como hacedores de Cultura es una reducción por lo alto. Por eso, para ver cómo el gótico y el románico y Miguel Delibes seguirán existiendo en este tiempo raro que prosigue, es de agradecer que en el caserón de La Mudarra, bella embajada de invierno y reclusión, quienes saben de la cosa se encierren al esfuerzo de renacer Castilla a través de esa industrial principal y moral que es la Cultura.
En esas jornadas de La Mudarra, uno imagina la ilusión del atardecer que se va estirando, las sombras de la piedra, y la fuente sola. En La Mudarra se podrían haber celebrado unos pactos de La Moncloa si hubiera vocación y Sánchez fuese Historia.
De momento, Guillermo Garabito se ha puesto camisa clara y a la tarea de salvar Occidente desde los Torozos: el esfuerzo, voto a bríos, merece el reconocimiento ahora que es agosto y todo parece tener esa misma oscuridad de marzo.
Noticia Relacionada
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.