Reliquias
Algo que decir ·
«He visto decenas de astillas veneradas como auténticas, milagro que se repite con las espinas de la corona de Jesús que cualquier interesado en recuerdos macabros puede encontrar sin salir de su provincia»Algo que decir ·
«He visto decenas de astillas veneradas como auténticas, milagro que se repite con las espinas de la corona de Jesús que cualquier interesado en recuerdos macabros puede encontrar sin salir de su provincia»Estoy convencido de que si alguien juntara todos los trozos de la Santa Cruz ocuparían más espacio que las traviesas de madera usadas por Renfe para el trazado ferroviario de España entera. Sin buscarlo, he visto decenas de astillas veneradas como auténticas, milagro que se ... repite con las espinas de la corona de Jesús que cualquier interesado en recuerdos macabros puede encontrar sin salir de su provincia, sea cual sea. Y para que nadie me acuse de irreverente señalaré que el tráfico de falsas reliquias ya fue denunciado en la Edad Media donde los ricachones podían hacerse con el dedo de San Juan, la costilla de San Epifanio, o cosas tan estrambóticas como «un estornudo del Espíritu Santo, leche de la Virgen, restos del maná que Dios envió a los hebreos o el cráneo de San Juan de cuando tenía 12 años», según el blog dedicado a la 'Recreación de la Historia'.
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¿Pero cómo saber si esa espina, ese pedacito minúsculo de la cruz que llevó Cristo hasta el Monte Calvario, o esa muela de Santa Apolonia pertenecen de verdad a ambos personajes de la Historia Sagrada? Creerlo obliga a tener una fe muy potente para imaginar que todo es real después de veinte siglos y de haber sido toqueteadas por diez millones de manos, la gran mayoría sin haber usado antes gel hidroalcohólico. En fin, como dijo el torero Rafael El Gallo cuando se enteró de que Ortega y Gasset era filósofo: «hay gente pa'to».
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