Es el relato, ¡estúpido!

Adelantar unas elecciones porque vayas a perder la Junta es un bumerán que te puede golpear la sien y dejarte seco. Se necesita un relato. Sin relato no hay nada en política. Y una llamada a las urnas fuera de su fecha habitual necesita de didáctica más que cualquier otra cosa. El elector precisará que le expliquen que la situación es lo suficientemente calamitosa como para verse abocado el presidente a llamar a las urnas justo en un momento en el que la recuperación económica reclama firmeza en la acción, impulso en la tarea e imaginación en la estrategia. Y en una situación que exige garantías de gestión, sin merma de derechos sociales ni cargas impositivas añadidas.

La merma de derechos tendrá su cénit en el cierre de consultorios rurales que planea la santísima trinidad sanitaria que componen el vicepresidente, portavoz y consejero de todo lo de Ciudadanos en la Junta (menos Cultura porque no llega), Francisco Igea; el gerente regional de Salud, Manuel Mitadiel, y la consejera Verónica Casado, que está ya políticamente amortizada. Pero los tres no se lo van a poner fácil al presidente: llevan días muy quietos con los consultorios, para no dar al PP el argumento para romper el pacto en la Junta porque los vayan a cerrar. Mañueco ha comprometido que no consentirá que se clausure ninguno.

Lo de las cargas impositivas vendrá de la mano de Pedro Sánchez y de la, de momento agraciada por la demoscopia, vicepresidenta Yolanda Díaz, por los programas que impone Unidas Podemos al PSOE, aunque esto más que para el relato del adelanto electoral será materia de la campaña.

Todo suma para el relato y en ello está el presidente Mañueco, con discreción, que no secretismo, puesto que está preguntando, escuchando y reflexionando. Sin relato no hay nada en política, pero algunos en su entorno, pese a tener tan cerca al presidente, no lo saben ver. Ahí está la consejera de Educación, la soriana Rocío Lucas, enredada en el comienzo de curso políticamente más triste de la historia. Ahí está el consejero de Presidencia, el burgalés Ángel Ibáñez, que pierde punch cuando más necesitan los pueblos que pise el terreno quien se encarga en la Junta de las políticas locales. Ahí está el consejero de Fomento, el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones, a medio gas pese a que la parte ecológica del Ejecutivo de la nación le da banderas para defender con más ahínco el medio rural de Castila y León.

En zona templada se sitúa el consejero agrario, el vallisoletano Jesús Julio Carnero, que tiene muy pisado el terreno, pero falla llamativamente en la comunicación.

La que más y mejor se ha puesto las pilas desde antes de verano es la consejera de Familia, la zamorana Isabel Blanco, que repuesta del golpe inicial de la pandemia en las residencias está haciendo política y gestión. Y ahí está el palentino Carlos Fernández Carriedo, titular de Economía yHacienda, que ultima el proyecto de Presupuestos de 2022, proyecto que va a tener peso esencial en el relato del adelanto electoral: Si no hubiera apoyos en las Cortes para el que es el instrumento esencial de un Gobierno...

Por eso se mueve tanto el 'vice' de la Junta para que el procurador de Por Ávila, Pedro Pascual, garantice apoyo a esas cuentas, que Ciudadanos necesita porque un adelanto electoral le condenará aquí a la extinción. Pero el apoyo abulense sería previo pago de una factura en inversiones para esa provincia y el PP sabe que es imposible firmar eso sin que se subleven las otras 8.

El relato es esencial. Sin un buen relato...