Reforma o ruptura para estar con los mejores
Tribuna ·
Hay que recaudar más para gastar más, que no quiere decir solo subir impuestos y sí modernizar el sistemaJesús Ángel Bueno. Ingeniero
Lunes, 21 de octubre 2019, 07:31
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Hay que recaudar más para gastar más, que no quiere decir solo subir impuestos y sí modernizar el sistemaJesús Ángel Bueno. Ingeniero
Lunes, 21 de octubre 2019, 07:31
Ante la pregunta de si vivimos en una sociedad de bienestar equiparable a los países europeos con mayor progreso, seguramente todos los ciudadanos españoles responderán que sí. La gran duda viene cuando observamos la ambición de los políticos, la velocidad de progreso y la ventaja ... que nos llevan. Con el enfoque de hoy, su factibilidad está indefinida. No existe ningún dirigente que presente a la sociedad este reto ni en el largo plazo.
Para cambiar y progresar se suele hablar de reformas. En pocas ocasiones utilizamos la palabra ruptura, solo cuando los cambios o retos son necesarios y muy transcendentales. Las reformas introducen ligeras modificaciones en el sistema sin cambiar su enfoque y estructura, al contrario de la ruptura, que es lo primero que ataca. Algún ejemplo es elocuente.
En los años 70, durante el periodo de cambio de la dictadura a la democracia, Manuel Fraga propuso un plan de reformas al Gobierno de Arias Navarro para realizar la transición. La oposición no legalizada no aceptó y propuso una ruptura con el sistema. Al final todo acabó en una ruptura pactada que nos ha conducido a estos años de democracia.
En los años 50, Corea del Sur era un país subdesarrollado similar a muchos del área subsahariana. La última crisis a finales de los años 90 la utilizaron para realizar una nueva ruptura en el país a través de la educación y la innovación. Hoy es la undécima potencia mundial y todos tenemos un producto coreano en casa.
En las empresas privadas y en muchas actividades como el automóvil, para adaptarse a la llegada de nuevas tecnologías y a los estándares exigentes de calidad, ha sido necesario realizar en un plazo medio rupturas con los paradigmas culturales asociados a las nuevas competencias y de flexibilidad con la orientación de satisfacer al cliente y a la sociedad.
Esta disyuntiva, reforma o ruptura, hoy me parece digna de reflexión sobre la situación que vive España. Muchos ciudadanos, políticos y medios de comunicación manifiestan que el país en estos últimos años mejora, aunque aparecen nubarrones. El PIB crece, el número de parados disminuye, las ratios de pobreza o de desigualdad mejoran… Todo esto es cierto, pero la pregunta que nos debemos hacer es si es suficiente o es conformista. ¿Por qué? La crisis nos ha llevado a perder posiciones entre los mejores países occidentales. Hemos pasado de ser la octava a la decimocuarta potencia económica, nuestra renta per cápita dentro de la CEE ha pasado de estar en la media (100) a un 88%. Este retroceso significa que tener un puesto de trabajo hoy no significa no ser pobre, que los jóvenes no se emancipen por la precariedad en la que trabajan, que los hogares no tengan niños, los ancianos reciban insuficientes ayudas o que el fracaso escolar se reduzca muy lentamente. Es difícil valorar como óptimo nuestro avance, y más si nos comparamos con los mejores países de la UE.
Desde la creación del euro en 1999, gracias al empleo y a los salarios consecuencia del 'boom' inmobiliario, estuvimos hasta la crisis reduciendo la diferencia con los países ricos de Europa. Nos olvidamos de que la productividad estaba siendo nula y que nuestras instituciones eran ineficaces y corruptas. Al final, hemos salido de la crisis alejados de ellos, con el agravante de no vislumbrar una aproximación en el tiempo para converger. Cuando nosotros progresamos, ellos también progresan. La diferencia en % del PIB per cápita español con la media de la Eurozona es la misma que hace 20 años.
Posiblemente muchos ciudadanos sienten no estar lejos de sus homólogos europeos. Pero los datos son incuestionables. En bastantes ratios importantes España está a la cola, según la Unión Europea. ¿Qué hacer?
Aquí viene la pregunta: ¿aceptamos no estar entre los mejores y son suficientes la reformas que algunos partidos plantean? Creo que no es aceptable. Son políticas conservadoras y se necesitan cambios radicales.
No es fácil comprender cómo millones de ciudadanos pueden estar satisfechos cuando políticos ofrecen poco más que bajar el impuesto de sucesiones, elegir colegio o reducir la lista de espera de los enfermos. Creo que son retos insuficientes y nada ambiciosos para corregir la diferencia existente. Es un lavado de cara del sistema ineficaz actual. En este país no es necesario cambiar las fotos de un estante a otro (reformas); es necesario sustituirlas por otras (ruptura).
Existen condiciones importantes que cumplir para que una ruptura tenga efecto positivo. Liderazgo, es decir políticos con talento que entusiasmen con ideas nuevas, muchas de ellas aportadas por experiencias de otros territorios. Un cambio de cultura en la sociedad. Amar el progreso y pensar en el futuro. La corriente populista y liberal no sirve. El centro de interés es el bienestar del conjunto de la sociedad.
Por último, recursos económicos. Hay que recaudar más para gastar más, que no quiere decir solo subir impuestos y sí modernizar el sistema. La primera ruptura debería ser la fiscal. Sin reducir una parte de la diferencia de siete puntos de recaudación de impuestos que tenemos con respecto a la media de la UE (80.000 millones), no conseguiremos alcanzar a los mejores.
Solo mediante rupturas se pueden alcanzar velocidades de progreso dignas de un país moderno. Y hacer esto no es de revolucionarios ni de izquierdistas. Son cambios para romper la dinámica conservadora que mantiene el sistema, que no permite el progreso de todos los ciudadanos, y son comparables a los cambios que introducen las grandes corporaciones para salvar su negocio. Observen a la banca o las compañías eléctricas: ¿hacen reformas o rupturas?
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