Las noticias más leídas del sábado 8 de febrero en El Norte de Castilla
Mariscal. Efe

¿Reforma o ruptura?

«Los ciudadanos menos ideológicamente cercanos a posiciones radicales, ven con preocupación la deriva que está tomando este país en el tiempo en que lleva ejerciendo el actual gobierno»

Antonio San José

Valladolid

Jueves, 10 de diciembre 2020, 08:17

Seguro que alguien se habrá preguntado, al leer el título de este artículo, en qué fecha estamos. El dilema entre optar por la reforma política o la ruptura brusca se planteó en este país durante los primeros compases de la Transición, un momento crítico en ... que se decidía la apuesta por un régimen de libertades que equiparara a España a su entorno político. Afortunadamente, se abrió paso la reforma y el proceso que, con diálogo, consenso, cesiones y acuerdos, nos ha permitido llegar hasta aquí.

Publicidad

El llamado régimen del 78, posibilitó el periodo de mayor avance democrático, estabilidad política y desarrollo económico de la historia de España. Esto resulta incontrovertible, por mucho que haya quien, desde posiciones maximalistas, trate de denigrar el mayor logro colectivo que jamás hemos conseguido como sociedad. La aprobación de la Constitución, de la que acabamos de celebrar su 42º aniversario, homologó a nuestro país con el resto de las naciones europeas y obró el milagro de posibilitar el tránsito desde la dictadura a la democracia de forma modélica, que hoy se estudia en muchas universidades internacionales. Esto, que es obvio, no viene mal recordarlo en tiempos de ruido y furia como los que vivimos.

Los ciudadanos menos ideológicamente cercanos a posiciones radicales, ven con preocupación la deriva que está tomando este país en el tiempo en que lleva ejerciendo el actual gobierno. Ataques sistemáticos y continuados a la Monarquía como institución garante del equilibrio de derechos y libertades que nos hemos otorgado, limitación de los poderes del Poder Judicial por parte del Ejecutivo, una ley educativa con marcado perfil ideológico, eliminación del castellano como lengua vehicular, la pretensión de anular el delito de sedición y acuerdos políticos con el partido que apoyó a la banda terrorista ETA, cuyos líderes aún no han condenado el terrorismo ni pedido perdón a las víctimas de sus asesinatos, mientras los verdugos reciben beneficios penitenciarios. Junto a ello, la deriva independentista de Cataluña, las soflamas, en el mismo sentido, de Bildu en el País Vasco y el planteamiento reiterado de España como un estado plurinacional que camina hacia el republicanismo.

Lo grave es que todo esto, que supone una evidente ruptura con el sistema constitucional, no se proclama desde lo que podíamos denominar los arrabales de la política, sino desde la vicepresidencia segunda del Gobierno y algunos otros ámbitos del gabinete. Esto es el Gobierno frente al Estado, a cuya dirección, por cierto, se incorpora a Otegi y su formación política –Iglesias dixit–. Y todo ello, con la pasividad y aquiescencia del presidente del Gobierno, que no duda en asumir cuantas reivindicaciones le llegan desde el sector morado, sacando al PSOE del ámbito en el que siempre estuvo y dejando a muchos militantes y votantes tradicionales del partido 'huérfanos', en palabras de Felipe González. La situación es tan esperpéntica y surrealista que el expresidente y Alfonso Guerra son considerados por los líderes del nuevo socialismo como unos vejestorios próximos ideológicamente a Gengis Kan. Debe de ser por eso que son invitados a callar, debido a su provecta edad, por alguna socialista, adanista de nuevo cuño y escasa formación intelectual.

Publicidad

¿Va todo en la direccion correcta? De momento, Goodman Sachs acaba de advertir a los inversores de que «el Gobierno de coalición liga su destino a los independentistas». Y el epítome de todo esto lo constituye la solemne declaración del inefable diputado Gabriel Rufián en el Congreso de los Diputados: «El centro de gravedad del Estado ha cambiado. Bienvenidos a una nueva era». Como poco, tendremos que reconocer que suena inquietante.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad