![Recuperación incompleta](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202006/27/media/cortadas/GF4KLK21-kBo-U110631556183W0D-1248x770@El%20Norte.jpg)
![Recuperación incompleta](https://s1.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202006/27/media/cortadas/GF4KLK21-kBo-U110631556183W0D-1248x770@El%20Norte.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
Lo dice Christine Lagarde. Aunque en lo sanitario todavía está lejos, en lo económico el pico de la pandemia se ha alcanzado ya en el mundo. Eso sí: la recuperación va a ser más lenta y más complicada de lo que esperábamos. Y, sobre todo, ... va a ser 'incompleta'. Es decir, que después de este embate muchas cosas ya no volverán a ser como antes.
Que lo anormal sea normal, lo de abajo se ponga arriba y lo negro se nos ofrezca como blanco hay muchos que todavía lo ven con esperanza. Por no decir con ilusión. Enfermo, sí. Pero sin duda un mundo nuevo, dicen. No saben todavía que en el camino por la montaña de siete picos de esta crisis lo que aparenta ser una desescalada de la pobreza bien podría ser una nueva escalada hasta las más altas cimas de la miseria, como diría Groucho Marx.
De poco nos va a servir a los españoles cobrar cierta ventaja en el reparto de esta miseria situando a Nadia Calviño al frente del Eurogrupo, si al menos la otra mitad de occidente, eso que todavía llamamos los Estados Unidos de América, continúa a la deriva. Una deriva que ni Nadia ni nadie, ni siquiera el casi octogenario Joe Biden, parece capaz de detener. Ajeno a los gritos de terror de su propio país, y por ende del mundo entero, el desabrido Trump, el violento Trump, el orate Trump sigue escalando picos éticos y estéticos de la pandemia. Recuperación incompleta. Casi reactivación con marcha atrás.
Y, sin embargo, lo que ahora toca no es lamentarse, sino tratar de recuperarse. De la chistera mágica con la que el mundo occidental lleva más de diez años, desde la crisis del 2008, tratando de reinventarse, hace tiempo que ya no salen palomas. Ni conejos. Es verdad. Así que yal vez lo mejor será empezar a pensar en tirar la chistera y buscar otro artilugio. Pero también en esta tesitura hay diferencias de estilo entre Europa y los Estados Unidos. Mientras aquí la tendencia, según dicen las encuestas, es a reforzar lo poco fiable que todavía nos queda de nuestros gobiernos, allí el cambio parece ya más que probable. En Washington lo que no deja de comentarse es la bromita tecnológica de los adolescentes de Tik Tok, que dejaron al presidente con el culo al aire, vaciando el estadio en el que Trump pronunciaba su primer gran mitin de campaña sin mascarilla. Mientras que aquí, con mascarilla, lo que se comenta es el ascenso del general Santiago Marín después de haber confundido al Estado con el Gobierno. O la impresionante representación teatral del vicepresidente Iglesias, también enmascarillado, reclamando ser considerado «víctima» en el caso Villarejo. «El poder cree que las convulsiones de sus víctimas son de ingratitud», que decía Rabindranath Tagore.
Y mientras, en el Reino Unido, los hinchas del Liverpool cantando, besándose y abrazándose como si no hubiera un mañana. O como si mañana fuera ayer. Error de sistema: más «recuperación incompleta» en todos los sentidos. En el pico más alto de la anormalidad en el uso de las palabras de la crisis, ¿qué otra cosa podría haber dicho para definir este desbarajuste la presidenta del Banco Central Europeo?
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.