Reconciliación trasatlántica

Este viaje puede ser el colofón de la recuperación de las buenas relaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea cuando hace escasas dos semanas miembros de la Comisión Europea aseguraban que los americanos se habían ido de la OTAN. Blinken viajó a París con motivo de una reunión de la OCDE y aclaró muchas cuestiones con sus aliados europeos, sobre todo con Francia, que se vio agraviada por la pérdida de un suculento contrato de venta de submarinos a Australia por la decisión de Washington de crear el Aukus, acuerdo de defensa para el Indo-Pacífico, con el Reino Unido y Australia.

Muchas aristas se han tenido que limar en pocos días para que, al poco tiempo de la calamitosa pero necesaria salida de Afganistán, los aliados hagan las paces y reconozcan en público que es imprescindible mantener y reforzar la OTAN y el vínculo transatlántico. No se trata solo de seguridad y defensa, el nudo gordiano de la ecuación está en las nuevas tecnologías, las relaciones comerciales europeas con China y la amenaza que supone para Washington y también para los europeos que China haya logrado infiltrarse en sectores estratégicos europeos a través de empresas y de inversiones que le permiten acceder a información más que clasificada.

Durante el encuentro de un ministro europeo con uno norteamericano, el tema de conversación durante más de dos horas fue Huawei y sus actividades. El reto impuesto por la Administración Biden a los europeos es elegir entre Estados Unidos y China, no valen medias tintas. No es fácil aplicar la decisión y deshacer algunos acuerdos con los chinos, pero ya se está haciendo.