Rechazo a miles
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El Gobierno no debería confiarse en que en Colón acabaron ayer sus aprietos para decretar los indultos a los líderes del 'procés'Secciones
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El Gobierno no debería confiarse en que en Colón acabaron ayer sus aprietos para decretar los indultos a los líderes del 'procés'La concentración convocada por Unión 78 fue secundada por decenas de miles de personas en la plaza de Colón de Madrid. El llamamiento «contra la concesión de indultos a los condenados por sedición en Cataluña, y en apoyo al Poder Judicial, atacado por el Gobierno ... Sánchez, y en defensa de la igualdad ante la ley de todos los españoles, sin excepción» contó con el PP, Vox y los dirigentes de Ciudadanos. Aunque, a diferencia de la foto de 2019, esta vez la formación de Pablo Casado –algunos de cuyos responsables territoriales excusaron su ausencia– y la de Inés Arrimadas trataron de evitar retratarse junto a Santiago Abascal, con el propósito de respetar la diversidad de sensibilidades que confluyeron en Colón, y de que Vox no resultase la más beneficiada del encuentro. El rotundo rechazo de los presentes es una muy seria advertencia de que los indultos –que parte del independentismo recibirá con desdén y otra parte tratará de asimilar a la amnistía–, por su significado y por la deliberada intencionalidad política de su concesión, constituyen un factor de quiebra de la cohesión constitucional.
El Gobierno da por supuesto que las medidas de gracia son imprescindibles para la normalización política de Cataluña y de las relaciones de la Generalitat con las demás instituciones del Estado. Pero aunque la concesión de los indultos sea una potestad exclusiva del Consejo de Ministros, al decretarlos es el país en su conjunto el que puede acabar pagando un precio altísimo de tensión partidaria y desconfianza mutua. Se equivocan el presidente y su Gobierno al despachar la movilización de ayer acusando a los partidos que la apoyaron de dedicarse a la «política pequeña» frente a la estrategia de alcance que representarían los indultos. Porque son muchas las miradas que ven en la medida un ejercicio de puro tacticismo ventajista.
En Colón no estuvieron representados todos los ciudadanos a quienes les contraría la concesión de los indultos. Además, el Gobierno no debería confiarse en que al sumarse el PP, Vox y Ciudadanos a una misma convocatoria frente a su propósito de decretar esas medidas de gracia, rebaje la contestación de aquellos que preferirían no ser partícipes de una dinámica polarizada. Ni debería confiarse en que 'las derechas de Colón' mitiguen la inquietud de muchos socialistas, que a lo sumo están dispuestos a mantenerse expectantes ante los efectos de un perdón que de facto Pedro Sánchez ya ha concedido. Cuando nadie está en condiciones de convocar manifestaciones a favor de los indultos.
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