España rebrota en coronavirus: catorce regiones florecen libres en la covid-19 como campos de primavera, en la España estival e irresponsable. Los españoles entrenamos para la próxima pandemia, que a lo mejor no se trata de eso, pero de todos modos será una ... pandemia. Las ministras y los ministros se hacen la foto a lo Dick Turpin o Luis Candelas, embozados y con el antifaz tuneado, según su signo, ideología, gusto y propaganda. Eclosionan montaraces y crepusculares, al oro del verano, sobre las cenizas de nuestros muertos, de cuyos nombres el Ejecutivo no quiere acordarse. El sector agroalimentario, una residencia, un matadero, una comunidad vecinal, una barbacoa familiar, migrantes que llegan en patera a Fuerteventura… Nadie está a salvo, ay, del virus indesmayable de Wuhan.

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Llega, pues, la nueva 'anormalidad'. Varios galenos muy expertos en lo suyo han pedido al Gobierno que restrinja el 'terraceo' y esta exaltación colectiva de amistad, sexo y verano. Porque la enfermedad se hizo virus y habitó entre nosotros, mientras los médicos y enfermeros atienden a las nuevas víctimas que van ingresando en los hospitales a resultas de este aperturismo de rebrote. Y les da tiempo a curar y a manifestarse en contra de los recortes en sanidad del político. Del bandolero, o sea. En la pedanía de Moratalla, en Murcia, una señora ha fallecido por el contagio proveniente de los pasajeros de un avión proveniente de Bolivia, porque este virus también viaja en primera. La cosa es que hay casos de los llamados 'positivos' que no se han detectado y los biólogos de la Universitat de Barcelona dicen en un informe que se han encontrado trazas del bicho en las aguas residuales de la Ciudad Condal en marzo de 2019, cuando los 'caganers' del 'procés' iban con más asiduidad al baño.

«Solo estamos al comienzo de la pandemia del coronavirus», ha dicho el virólogo Peter Piot. Así que el españolito no se espera a que el Ejecutivo decrete otro estado de alarma y se hace voluntario portador del brote y el apocalipsis. Porque no tiene más que hacer que lo que ha hecho siempre: el festejo, la verbena, la romería...

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