Más de ratones que de hombres

Y, sin embargo, eso no me ocurre con la Ciencia. Es asombroso lo que hemos conseguido. Cómo, prisioneros en este rinconcito del Universo, hemos alcanzado a adivinar gran parte de su manual de instrucciones y, lo que es más increíble, diseñado un lenguaje que funcione: las Matemáticas. Newton, Einstein y su milagrosa fórmula E =mc²; la física cuántica, la antimateria, el núcleo de los átomos, el oro de las estrellas muertas, el espacio-tiempo… Eso sí que es cabalgar a hombros de gigantes. Tal vez las metáforas, las historias, los mitos de antaño, las creaciones que durante milenios nos alimentaron el alma, se retiren acomplejados ante esos mundos que nos desvela la Ciencia.

Pero, aunque no me acepten que padecemos una crisis creadora, no se atreverán a negar que, en política, sufrimos una pertinaz sequía de talento. Cierro el libro de Carlo Rovelli que leo y me pongo a ver el debate de los candidatos andaluces. Madre de Dios… Oyendo a algunos candidatos, es sorprendente que hayamos descubierto que la tierra es redonda. Qué cabezas, igualitas que las de Einstein.