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Imagen del centro de Valladolid el Domingo de Ramos de 2018. G. Villamil
Coronavirus en Valladolid: Ramos

Ramos

Algo que decir ·

«Por culpa del encierro no disfrutaré del desfile de chavales acompañando el único paso de papel y tela encolada que recorre el centro de la ciudad en una jornada que casi siempre es soleada y luminosa»

Paco Cantalapiedra

Valladolid

Domingo, 5 de abril 2020, 08:57

Por primera vez en muchos años hoy no saldrá la Procesión del Domingo de Ramos, una de las pocas que frecuento. Aunque la he visto desde muchos sitios, suelo quedarme en Portugalete o Platerías, lugar este último donde es casi imposible hacerse un hueco.

Por culpa del encierro no disfrutaré del desfile de chavales acompañando el único paso de papel y tela encolada que recorre el centro de la ciudad en una jornada que casi siempre es soleada y luminosa, lo que raramente sucede con las que completan el programa de Semana Santa. No sentiré la emoción de esos críos (alguno con chupete) que hacen el itinerario batiendo palmas y que cuando se rinden de caminar acaban en brazos de los cofrades más mayores. Es cierto que hay otro domingo de alegría, el de Resurrección, pero no es lo mismo porque el de hoy es 'propiedad' de los chavales, y el otro de todas las hermandades. Cuando servidor era un niño como ellos, siempre que se aproximaba esta fecha se solía decir: «Domingo de Ramos, el que no estrena algo no tiene manos». Y daba lo mismo que fuese un pañuelo, una camiseta o unos calcetines: el caso era iniciar la primavera con algo nuevo. Actualmente, esa jaculatoria quedaría tal que así: «Domingo de Ramos, no estrenes nada que con virus asesinos no desfilamos». Y, francamente, me deprime, no tanto por ampliar el armario como por la tristeza de un día como el presente, aunque sea luminoso.

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