

Secciones
Servicios
Destacamos
Suele decirse y repetirse que la primera y principal víctima de una guerra es la verdad. Aunque contemplando las escalofriantes imágenes que estamos viendo de ... la guerra de Gaza, yo me atrevo a afirmar que la primera y principal víctima de una guerra es el niño, las niñas y los niños. No voy a aventurar una cifra, que seguro que desde que yo estoy pergeñando este comentario hasta que se publique en el periódico, esa cifra se habrá multiplicado por no sé cuánto.
Me estoy refiriendo al número de niños y niñas muertos, asesinados, o bien heridos, tullidos o lisiados en la mencionada y maldita guerra.
Pues bien: el Artículo 31 de la Convención de los Derechos del Niño dice taxativamente que el Niño tiene derecho a jugar a ser feliz. Pero es que el Artículo 37 de la misma Convención, denuncia y condena la tortura, la crueldad o el trato degradante a menores.
Las imágenes de niños muertos, con brazos y piernas amputados, de la apocalíptica guerra de Gaza, que me diga el señor Netanyahu si esos niños se ven amparados por esta Convención a la que vengo aludiendo.
No quiero cargar las tintas, no hace falta, pero cómo podrán esos niños, si es que logran sobrevivir, jugar al balón o saltar a la comba.
Vuelvo a repetirlo y no me cansaré de hacerlo: el Niño tiene derecho a jugar y a ser feliz. Artículo 31 de la Convención.
Tengo yo un personaje infantil, en uno de mis libros para niños, que reivindica y exige sin parar su derecho al juego. Es una niña y se llama Renata.
Ah, pues mira, a lo mejor le envío un ejemplar de mi novela infantil al señor Herodes-Netanyahu. Aunque me sospecho que no le hará el menor caso. ¿O sí? Por intentarlo y probar...
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Santander, capital de tejedoras
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.