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Alberto Mingueza
El salto de la rana
La Platería en llamas

El salto de la rana

«Hoy ya no se tiran piedras a los pájaros, pero la semilla inofensiva que los apedreaba antaño bajo el tedio, con el único propósito de molestarlos por su inocencia y su pequeñez, aún germina en las fronteras virtuales de nuestra aldea global»

Rafa Vega

Valladolid

Miércoles, 27 de septiembre 2023, 00:31

Siempre estuvo mal visto tirarle piedras a los pájaros, aunque muchos niños lo han hecho en alguna que otra ocasión, habitualmente en los pueblos. No porque estos sean más propensos (los niños de los pueblos son ahora niños de ciudad), sino porque en las ciudades ... ya no hay afueras, ni arrabales, como en los tiempos de Azcona. Ahora las ciudades cuentan con suburbios de adosados y pareados donde es prácticamente imposible liarse a pedradas contra la nada, ese sucedáneo bisoño de tierra sin ley que se presenta ante la última casa construida de los pueblos; ese lugar donde los implicados comienzan lanzando guijarros, pulidos como pastillas desgastadas de jabón, contra la superficie aquietada de un río para que algunos de ellos salten como ranas elegidas sobre el lago Tiberíades y que, después de lograrlo, terminan echándole el ojo a las criaturas canoras que trinan sobre las ramas de los árboles repartidos a lo largo de la orilla.

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