Borrar
Árbol de Navidad instalado en la Plaza Mayor de Valladolid. Carlos Espeso
La ley de los deseos
La Platería en llamas

La ley de los deseos

Nuestro genio conseguidor no es un mayordomo gentil, sino una especie de Aldama comisionista, un cartero que hoy llama para otorgar y mañana lo hará para demandar

Rafa Vega

Valladolid

Miércoles, 4 de diciembre 2024, 07:06

Pide un deseo, o muchos; da igual. Susúrraselos al árbol luminoso de la Plaza Mayor durante un solo día, o hazlo varias veces cada semana; es lo mismo. Cambia tus deseos sobre la marcha, corrígelos, amplíalos o perfecciónalos a lo largo del mes; poco importa. ... Pero ten cuidado. Recuerda que los deseos nunca salen gratis. En primer lugar, porque también son adictivos, como el tabaco y el azúcar; como el poder y la jactancia. Quienes sucumben a la gula del deseo y terminan atrapados en el interior de su laberinto sufren tanto deseando como acaso llegaron a padecer alguna vez cuando hacían inventario nocturno de sus carencias, tan perentorias que acaso sus deseos enmudecían avergonzados antes de desaparecer para siempre.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

elnortedecastilla La ley de los deseos