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La vida es un artificio natural, como la lógica matemática es un artificio conceptual. Ambas tienen un nexo común, el pensamiento es naturaleza. Comer para sobrevivir, esa es la plegaria litúrgica de todo ser vivo. Sobrevivir sin estar muerto, solo esta soledad es peor que ... la muerte. La resistencia es el único objetivo humano que ya parece tener sentido, sobrevivir, por encima de vivir, es el proyecto de los condenados. Los nobles ideales son derogados, la sociedad pierde la fe en el futuro, tan solo se agarra a la incertidumbre de un presente sin cometido ni sentido. Vivir no puede ser un dejarse ir hacia ningún lugar. Lo que nos puede ayudar a sobrevivir nos abandona poco a poco sin que prestemos la debida atención.
La respiración no puede convertirse en un ataúd tan grande como el planeta. Respirar es una clave para vivir, pero la vida es algo anterior, y primario; es el único mandato natural. Es el 'elan vital' que propugnaba Bergson, antes que referirse al alma, hace mención a un impulso orgánico.
La vida crece en un solo árbol, uno solo es suficiente para que prolifere la diversidad de la vida, la vida admite cambios, la muerte no los admite. La vida se cierra poco a poco, el cerebro se enclaustra en sí mismo, como si todo el mundo cupiera en él, el final de la vida no es alcanzar un último deseo, sino el vaciado de la memoria.
Vida que no anuncia su llegada ni su huida de Lo Vivo. Se ama a sí misma, pues ella sólo puede ser lo que es.
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