Putin invierte en el Golfo

Las relaciones con Rusia ya no se ven exclusivamente a través del prisma de la asociación duradera con los Estados Unidos, que sigue siendo crítica para el Golfo. Las limitaciones de la Guerra Fría han desaparecido y, como se reafirma en el escenario mundial, Rusia lo hace con la confianza de que no se ignora fácilmente.

Las tensiones de la región con Irán por sus actividades y el papel de Moscú en Siria han enfatizado la necesidad de involucrar estratégicamente a Rusia. También para Rusia, el Golfo no se ve totalmente en el contexto de su rivalidad con los Estados Unidos o por un cálculo puramente basado en la seguridad. Esto ha permitido que ambas partes sean más creativas y abiertas entre sí. La cooperación y el comercio de Defensa figuraron en la ecuación, pero no con una atención central.

Más allá de los mercados petroleros, las contrapartes del Golfo y Rusia están construyendo nuevas apuestas en sus relaciones bilaterales. Arabia Saudí y Rusia firmaron cerca de 20 acuerdos por valor de más de dos mil millones de dólares.

El acuerdo principal involucra a la Corporación de Industrias Básicas de Arabia Saudí (SABIC), una de las compañías petroquímicas más grandes del mundo, con el Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF) para construir una planta de metanol en Rusia. El RDIF también trabajará con la Compañía de Inversión Agrícola y Ganadera de Arabia Saudí para identificar oportunidades de inversión en el sector agrícola de Rusia, que tiene un potencial considerable para desarrollarse. El plan Saudi Vision 2030 brindó la oportunidad de identificar sinergias y armonizar los planes de desarrollo estratégico.

En Abu Dhabi, los Emiratos Árabes Unidos y Rusia cerraron seis acuerdos centrados en ampliar las inversiones conjuntas y la cooperación técnica. Rusia también ha asegurado un 5% en el campo de gas ultraácido de Ghasha por alrededor de 200 millones. Promoción del comercio y de las inversiones conjuntas son ejemplos claros de la convergencia entre Rusia y los países del Golfo.

Es probable que el papel de Rusia en los asuntos y crisis regionales crezca de una manera que agregue estabilidad en lugar de intensificar la competencia, prometiendo dividendos para todos. Los tiempos están cambiando en el Golfo.