Puro marketing

Para un historiador familiarizado con el pasado del movimiento obrero y el socialismo en la región, aquello fue un baño de realidad. No voy a desvelar detalles de aquella entrevista, pero lo cierto es que el nuevo secretario regional socialista se nos reveló como el arquetipo del político profesional. Era tan patente su sólida formación académica, reforzada con su experiencia en las instituciones europeas, como su talante moderado y dialogante y ese perfil de estratega forjado en la factoría de 'Pepiño' Blanco. Lo de menos, pensé, era ser de izquierdas o de derechas: lo crucial era conquistar el poder.

Porque Óscar López venía a redimir al socialismo castellano y leonés, el mismo que comenzó gobernando esta Comunidad Autónoma, de su continuo naufragio en las urnas. Incapaz de contener a la apisonadora del PP, que desde 1991 venía ganando por mayoría absoluta en Castilla y León, Rodríguez Zapatero confió en los ardides demoscópicos de López el viento a favor del gobierno socialista en la nación. Fontanería de partido y marketing político. Esas eran las recetas primordiales del nuevo secretario regional socialista para asaltar el Colegio de la Asunción.

Para muestra, aquella enigmática cita de 2010 que trajo de cabeza a los periodistas. Eran las 7,30 de la mañana del 22 de abril, víspera de Villalar, cuando los emplazó en la ermita de Hontanares para hacerles partícipes de su gran ocurrencia revolucionaria: el «Puro Cambio Tour», una impactante campaña para anunciar que se aprestaba a desbancar a Juan Vicente Herrera de la presidencia regional. Con camisetas incluidas. Un año después, Óscar López obtenía los peores resultados del PSOE en las elecciones autonómicas de Castilla y León. Por cierto, en aquel Villalar del «Puro Cambio» se trajo a un joven diputado de Madrid que, según sus propias palabras, tenía mucho futuro en el PSOE: un tal Pedro Sánchez Pérez-Castejón.