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Un momento del juicio del 'procés'. EFE
Punto... ¿y aparte?

Punto... ¿y aparte?

Tribuna ·

Más allá de reacciones puntuales excitadas, las penas aplicadas y la previsible lenidad en su cumplimiento permiten que, si algo de inteligencia política queda en Cataluña, se empiece a pasar página

J. M. Ruiz Soroa

Miércoles, 16 de octubre 2019, 07:31

Por fin, llegó el día: tenemos ya la sentencia del Tribunal Supremo sobre el 'procès'. Una sentencia que, con toda probabilidad, no va a contentar a casi nadie porque las penas aplicadas a los hechos juzgados no son de máximos ni de mínimos. Es una ... sentencia razonada y razonable, especialmente cuidadosa en su explicación y fundamentación del respeto escrupuloso a los derechos de los acusados (Estrasburgo está al fondo), dictada por unanimidad de siete magistrados de diverso pelaje ideológico (lo que implica inevitablemente un cierto grado de cesión mutua), y que consigue combinar una acusada severidad en sus apreciaciones dialécticas sobre el comportamiento del Govern catalán con una cierta manga ancha a la hora de castigar a sus miembros.

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