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Presumo de tener en mi despacho el premio 'Dignidad y Coraje' otorgado hace tres años por la Coordinadora de Pajarillos, y aunque nací en otro ... distrito pasé más de dos décadas en el Grupo 29 de Octubre, donde hice amigos que todavía mantengo. Aquel pisito en la calle Halcón, que hoy calificaría de minúsculo, nos dio muchas alegrías al trío familiar porque tenía habitaciones separadas por tabiques en vez de cortinas, agua corriente y una cocina con paila, tres lujos asiáticos para algunos de mi generación. Incluso sin frecuentar la zona sigo de cerca todo lo relacionado con ella, desde la lucha contra el narcotráfico hasta la costumbre de esos fulanos que recibían a tiros el Año Nuevo, pasando por la degradación urbana y social que afecta a los buenos residentes.
Si mal no recuerdo, los primeros pasos para la regeneración de esta barriada se dieron siendo alcalde el señor León de la Riva, de lo que deduzco que los resultados obtenidos en los ocho o diez años transcurridos han sido más bien escasos. Tiene que ser difícil dignificar un espacio donde el número de ciudadanos decentes es infinitamente mayor que el de indeseables más dañinos que una invasión de pulgones en la huerta. Pero al Ayuntamiento le azuzo con un 'vamossss', y a los demás les consuelo con una frase de Salvador Allende: «Más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor». Cambien sociedad por barrio…
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