
Los pueblos elegidos
La Platería en llamas ·
«El momento en que España Vaciada por Valladolid se lamente ante el resto de provincias castellanas y leonesas promete cierta hilaridad»Secciones
Servicios
Destacamos
La Platería en llamas ·
«El momento en que España Vaciada por Valladolid se lamente ante el resto de provincias castellanas y leonesas promete cierta hilaridad»Cristina Blanco presenta su candidatura en nombre de España Vaciada por Valladolid a las Cortes de Castilla y León y a mí me entran unas ... ganas irrefrenables de beber agua. En efecto: soy víctima de Pávlov, de Verdi y de aquellos jesuitas que aún se pasean por la síntesis de mi infancia en lo que son recuerdos de un patio de colegio y una espadaña coronada por un nido de cigüeña; el mismo que aún luce majestuoso en el Real Colegio de San Albano y que tenía una vista privilegiada sobre aquellos niños que, hasta cuarto curso de EGB, acudíamos a las instalaciones del colegio San José con entrada por la calle Maldonado.
No había un solo limonero madurando –eso es cierto–, ni más alejandrinos que nosotros, revoloteando por allí en bandadas caprichosas. Pero aquel hermoso lugar, abandonado a su suerte en los años setenta por la sentencia de su inevitable destino inmobiliario, contaba con un polvoriento campo de fútbol, canchas de baloncesto y balonmano, una piscina —vacía, mortecina y con trampolín—, un cobertizo con pasadizo subterráneo hasta las instalaciones mayores del colegio, situadas al otro lado de la calle, y el vestigio arquitectónico de los arcos que dieron entidad al claustro del convento de la Merced.
También contaba aquel patio en su parte cercana al edificio de las aulas con una fuente circular, práctica y generosa, magníficamente urdida; una suerte de abrevadero infantil; un pilón con su poyata circundante a perfecta altura donde una cantidad numerosa de pequeños surtidores equidistantes de latón manaban agua continuamente para aplacar nuestra sed y repartían eficazmente cuantos patógenos tuviésemos a bien poner en común.
Y no sé si fue a instancias de un método parecido al de la Montessori, pergeñado por un personal docente que solía aplicar métodos didácticos modernos, o por la instrucción de alguna circular jesuítica, pero en aquel lugar, cuando debía sonar la bocina que nos indicase el final del recreo, o el momento del inicio de las clases, sonaba por los altavoces el 'Va, pensiero' de Nabucco, aquel cántico melancólico y fervoroso que Verdi compuso para mayor gloria bíblica de la Jerusalén cautiva y vaciada por el rey de Babilonia. Cuando a nuestros oídos llegaban las primeras reverberaciones del lamento coral del 'Va, pensiero' todos corríamos en busca de nuestro pequeño surtidor y mamábamos con urgencia de aquella fontana capitolina antes de incorporarnos a las filas. Sin embargo, cuando todos succionábamos al tiempo apenas nos mojábamos los labios. Debíamos iniciar una compleja dinámica colaborativa que consistía en tapar la mitad de surtidores para que hubiera presión suficiente en el resto. Solo así podíamos beber.
Desde entonces, aquel cántico me da sed. Pero hasta ahora no había advertido que la proliferación de candidaturas particularistas también rescatan de mi memoria aquella fuente circular con su dádiva anulada por la obsesión individual.
No sé qué recorrido tendrá una candidatura de España Vaciada por Valladolid. A pesar de su oportunismo irritante, el momento en que pueda espetarle sus lamentos a los procuradores del resto de provincias castellanas y leonesas promete cierta hilaridad. España vaciada es también el cartel que debió de rezar en la sede de UPyD: «El último, que apague la luz». La España vaciada es también el pasmo de un partido, como Ciudadanos, abandonado por unos pasajeros de primera clase capaces de subirse a cualquier lista con tal de seguir a flote. Y lo peor no es que ya no se me va de la cabeza el coro de Nabucco y su lamento sempiterno de las patrias hermosas y perdidas, sino que con tanta apuesta por el interés particular sé que volveremos todos a la fila con la boca seca.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Una moto de competición 'made in UC'
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones para ti
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.