Prometer
La pluma de cristal ·
Secciones
Servicios
Destacamos
La pluma de cristal ·
En campaña electoral se prometen rebajas fiscales de todo tipo, y en esta especialmente a quienes viven y desarrollan actividades económicas en la zona rural. Bajadas de impuestos e incrementos de las bonificaciones fiscales que dan la impresión de que nuestra política fiscal fuese confiscatoria ... y de que dejando de pagar impuestos se solucionan todos los problemas que aquejan a esta sociedad y, en particular, el demográfico. Hasta hay algún centro comercial que se apunta a esta moda anunciando días sin IVA como reclamo comercial de sus rebajas de precios.
Cuando se traslada una imagen negativa del pago de impuestos se contribuye a destruir una conciencia cívica responsable. Es cierto que los episodios de corrupción política –y empresarial– no ayudan a que la ciudadanía considere que el establecimiento de políticas públicas cuyo objetivo es garantizar la justicia social requiere la redistribución secundaria de la riqueza mediante el esfuerzo fiscal ajustado a la capacidad económica de cada uno. Y es que los enemigos de lo público demonizan la fiscalidad para cargar contra el estado de bienestar por el interés de los poderosos que se aprovechan del desmantelamiento de lo público, en muchas ocasiones de forma coincidente con episodios de corrupción.
Qué razón puede haber para que haya partidos políticos que anuncien rebajas fiscales como elemento central de sus programas electorales, si los ingresos públicos en España en 2018 no llegaron al 39% del total de la economía del país (PIB), solo por encima de Irlanda, Lituania, Letonia y Malta; alejada de la media de la Unión Europea, que fue el 45%, y no digamos de las de Bélgica, 52%; Finlandia, 53%, y Francia, 54%.
Modificar la estructura impositiva es imprescindible, y además urgente; hay que corregir que 85 de cada 100 euros de lo recaudado por IRPF provenga de las rentas del trabajo; ahora que los beneficios empresariales han superado los niveles anteriores a la crisis, tenemos que recuperar la recaudación del impuesto de sociedades, y también hay que desterrar las deducciones fiscales porque son la perversión del sistema fiscal, no solo por recortar ingresos, debilitando la capacidad de las administraciones para desarrollar políticas públicas, sino porque está demostrado que perjudican a las personas más desfavorecidas.
Es indiscutible la necesidad de desarrollar políticas públicas en las pequeñas poblaciones de nuestra comunidad para que quienes viven en ellas, alejados de las ciudades y, por tanto, carentes de muchos de sus servicios, puedan tener una vida más fácil; hay que facilitar su movilidad y la comunicación digital en el entorno rural; es preciso utilizar criterios de eficacia social y no de eficiencia económica en la dotación de los servicios públicos, y, por supuesto, son necesarias las ayudas económicas para compensar una situación social de menos oportunidades. Pero que no nos engañen, para que esto pueda hacerse no solo no hay que bajar impuestos, sino que hay que aumentar la recaudación y este incremento debe ser asumido por quienes actualmente contribuyen por debajo de su capacidad. Este es el auténtico patriotismo, lo dice la Constitución y es la única forma de reforzar la cohesión social y la equidad.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.