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Carlos Espeso
Lo profundo es callarse

Lo profundo es callarse

«El museo necesita respetarse para respetarnos, entender que Valladolid es exigente, que no se nos puede tratar de cualquier manera y que, cuando vale todo, ya no vale nada»

José F. Peláez

Valladolid

Martes, 9 de marzo 2021, 07:53

Yo iba al Museo Patio Herreriano a ver lo de Soledad Sevilla, pero salí con un sentimiento de inquina general hacia el ser humano. Por partes: la instalación en la Capilla es magnífica. Tiene como título 'El pensamiento al madurar es como el sol cuando ... amanece' y, en ella, la artista desconceptualiza la luz en líneas y las líneas en materia sólida, en hilos tensos como un arpa que estuviera tocando el aire. Debemos recordar que la línea es una sucesión de puntos y un punto es lo que no tiene dimensiones, lo cual convierte a la línea en una sucesión de 'nada' y a Soledad Sevilla en una hechicera de la matemática, en una poetisa del orden, en una mística cabreada, en una hacedora de luz. En Dios en la primera hora del primer día. Y la luz se hizo, o eso entendí yo, porque tampoco estoy seguro, no pude escucharme, necesito silencio para entender, para reflexionar, para mirarme en el espejo que, en realidad, propone toda obra de arte. No lo conseguí. El Patio Herreriano se ha convertido en un murmullo incesante, en una reverberación de comentarios, en una sucesión de diálogos de visitantes irrespetuosos.

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